El Señor de los Anillos - La estatua de la serie clásica Balrog
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De todos los terrores a los que se enfrentará la Comunidad del Anillo en su viaje, ninguno se compararía con el Balrog. Un demonio de llamas y sombras, la criatura había permanecido sepultada durante incontables edades en la oscuridad más profunda, muy por debajo de las Montañas Nubladas.
En lo profundo de la tierra, excavando túneles en busca de Mithril en una roca negra sin sol, los Enanos perturbaron algo que había permanecido sepultado de forma segura desde tiempos pasados. Un ser de terror insondable, una reliquia de una época de dioses y gigantes, una criatura que nunca más debería caminar en la Tierra Media y para quien quedaban pocos iguales en el mundo. Un Balrog de Morgoth. El Balrog no podría ser dañado por ninguna espada o dispositivo de diseño enano. Por cientos, el pueblo de Durin y el propio Rey Enano cayeron ante la bestia, llamada después la Perdición de Durin.
Cuando la Comunidad del Anillo intentó pasar bajo las Montañas Nubladas y así frustrar las atenciones del caído Mago Saruman, fue en contra de las graves dudas de Gandalf, porque el Mago Gris sospechaba lo que acechaba en las sombras de Moria. Sólo el secreto podría garantizar su paso seguro, porque si los Balrog eran alertados, Gandalf sabía que su escape sólo se pagaría a un gran precio, y no volvería a cruzar las puertas del reino de los Enanos.
EL BALROG
Cuando se inició el trabajo de diseño de El Señor de los Anillos en 1997, el aspecto de muchas de las criaturas más malvadas de la Tierra Media estaba abierto a interpretación. Las descripciones sueltas de los libros, además de los bocetos del experimentado artista de Tolkien, John Howe, ayudaron a guiar al artista conceptual de Wētā Workshop, Ben Wootten, en su desarrollo del Balrog.
La experiencia de Ben Wootten estudiando arte y biología informó sus diseños y arraigó al Balrog en una realidad anatómica tangible, mientras que la melena llameante y la piel de lava agrietada le dieron un salvajismo elemental, elevando a la criatura por encima del resto de los monstruos menos fantásticos de la trilogía.
En 2001, el épico enfrentamiento entre este titán y Gandalf el Gris emocionó al público y nos dejó la inmortal frase: “¡No pasarás!”
20 años después; El Balrog ha sido reinventado una vez más por el equipo de Wētā Workshop como parte de nuestra línea Classic Series.
CARACTERÍSTICAS:
- Hecho de polipiedra de alta calidad;
- Escultura inicial en arcilla de Victor Gully, ampliada digitalmente por Steven Saunders, luego retocada en arcilla una vez más por Shaun Bolton;
- 12” / 30,5 cm de alto;
- Esquema de pintura creativo para dar vida a las llamas del Balrog;
- Escalado para exhibirse junto con el resto de la línea Classic Series.
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