Saltador de islas

Tú y tus amigos os ganáis la vida vendiendo productos en una cadena de hermosas islas tropicales. Suena genial, ¿verdad? Pues bien, hay un problema. Ninguno de vosotros tiene el éxito suficiente como para comprar su propio hidroavión, así que os habéis puesto de acuerdo y habéis comprado uno juntos, lo que significa que todos los días tenéis que utilizar el mismo avión para hacer todas las entregas del día, y algunos de vosotros no vais a cobrar. Para empeorar las cosas, el avión está en tan mal estado que la instrumentación está rota, la brújula desmagnetizada y el parabrisas cubierto de grietas, cinta adhesiva y los restos de unas cuantas gaviotas desafortunadas, así que el piloto bien podría estar volando a ciegas...

Cada día en Island Hopper, los jugadores subastan el asiento del capitán; el jugador que se convierte en el capitán está a cargo de volar el avión durante el día, pero no puede realizar ninguna entrega por su cuenta. Para realizar sus entregas, los otros jugadores sobornan al capitán para que vuele a las islas a las que necesitan ir, ganando así dinero. Cuando llega el momento de que el capitán vuele, este debe cerrar los ojos, recoger sus fichas de mercancías e intentar aterrizarlas en el puerto de una isla. Un aterrizaje exitoso significa que los jugadores pueden cumplir con sus contratos y el capitán cobra su soborno, pero si las mercancías caen al mar, es posible que te encuentres bajo el agua...